La desición de adoptar un perro es un gran gesto de generosidad, pero antes de hacerlo deberás reflexionar sobre tu realidad concreta y hacerte algunas preguntas:
¿Por qué quieres un perro? ¿Tienes niños en la casa? ¿tienes otro perro u otro animal en casa? ¿ Cuánto tiempo podrás dedicarle? ¿De qué espacio dispones? ¿podrás brindarle atención veterinaria si la necesita?… Son algunas de una serie de preguntas que deberás hacerte antes de elegir a tu compañero.
Esto no es ir al supermercado y coger una bolsa de patatas. Muchos padres, por el entusiasmo de tener un “perrete”, se levantan un domingo, cogen el coche con los niños, y como si fueran de compras, se van a una perrera y terminan el día llevándose al que más pena les dio. Grave error!!!
O se meten en internet a buscar en protectoras y asociaciones, eligen el de la foto más bonita o el de ojillos tristes, y se lo mandan traer desde la otra punta de España. NO!!
Es un ser vivo que te acompañará muchos años, entonces la elección también requiere tiempo.
¿En qué consiste el servicio de asesoramiento en adopciones caninas?
- Me reuno con el cliente para conocerle y valorar qué tipo de perro sería el más adecuado para su realidad concreta.
- Visitamos una asociación, ya sea elegida por el cliente o si prefieren puedo recomendarles algunas con las que colaboro y trabajan con responsabilidad.
- Seleccionamos el perro más adecuado.
- Les acompaño y les guío en la entrada del perro en la casa.
- Si hubiese otro perro, hay que presentarles fuera de casa, aplicando una serie de técnicas que facilitarán la aceptación del nuevo perro.
- Una vez en casa, les oriento en los pasos a seguir y les doy algunas recomendaciones para que el nuevo integrante pueda adaptarse más facilmente a su nuevo hogar y se eviten los errores más habituales que luego derivan en consultas por problemas de conducta.
Aunque parezca insensible o frívolo, es necesario hacer una selección.
Hay que tener en cuenta que en una adopción no tenemos muchos datos del perro. No sabemos cómo son sus padres, ni las circunstancias que le llevaron hasta allí, si fue maltratado, etc. Y por si fuera poco suelen ser perros mestizos, por lo cual, pueden tener características de dos o más razas. Es por ello que el consejo de un profesional es muy apropiado en estos casos. Conocemos su lenguaje corporal y podemos hacer una lectura más acertada del tipo de perro que tenemos enfrente. Si es dominante o sumiso, si puede tener conductas agresivas o no, etc.
Por ejemplo, si el cliente es una persona con poco temperamento, no sería conveniente elegir un perro que pueda tener cruce con perros de presa, como pueden ser el pitbull, american standford, dogo argentino, etc., porque esta clase de perros necesitan un dueño que les “marque el paso”. O si fueran personas que por su trabajo no tuvieran mucho tiempo para sacarlos a pasear, no deberían elegir perros que pudieran tener cruce de border collie, pastor belga o braco por nombrar algunas razas que necesitan mucha actividad física.
Seguro que estas cosas no se piensan en el momento que tenemos un perrito enfrente que nos da pena. Pero deberían plantearse, porque lo que comenzó siendo una “buena acción” puede terminar en un problema, y en definitiva quien termina perdiendo es el perro, porque si no se adapta seguramente volverá a una perrera o le regalarán a otra familia creando en el una sensación de inseguridad que tarde o temprano se verá reflejada en su conducta.
Una adopción responsable y meditada nos evitará muchos dolores de cabeza y podremos disfrutar de nuestro nuevo compañero y brindarle un lugar estable donde será feliz!
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